Conversación entre
Tierra y Mar
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En la costa oeste de América del Sur, un día comienza antes de que salga el sol.
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Mar - Buenos días. Buenos días. Buenos días.
Tierra - Ah no, ¿Ya es hora de despertar?
Mar - Me temo que sí.
Tierra - ¿Por qué estoy toda mojada? En serio, Pacífico, ¡no es necesario que me lances agua encima todo el tiempo!
Mar - Lo siento, es que... a mí no me gusta estar aquí solo. Estoy aburrido.
Tierra - ¿Has tenido una mala noche o algo por el estilo?
Mar - En realidad no, he estado más bien tranquilo.
Tierra - Yo sé que tú a veces puedes ser un poco sensible y tienes un temperamento muy tormentoso.
Mar - No sé, América del Sur. Es que… a veces echo de menos los antiguos tiempos, ¿recuerdas? Cuando estábamos todos juntos.
Tierra - No empieces con eso de nuevo, Pacífico, eran otros tiempos y tú eras mucho más grande en esa época. Me sorprende que te sientas de esta manera teniendo en cuenta que estabas lleno de leviatanes y enormes bestias que nadaban alrededor de tus aguas.
Mar - Bueno, así era. Pero ahora hay bestias similares, son mamíferos los que nadan alrededor, por no hablar de las plagas de metal que producen picazón en mi superficie.
Tierra - Ufff, no me digas nada, yo estoy casi cubierta de seres humanos, aunque no tan mal como Europa o Asia. Pero, aun así, siguen cortando mi bosque tropical, tanto que me va a dejar calva. Los tengo a lo largo de mis costas y como una gran mancha en la parte este y otra en mi norte. Es terrible, porque se está extendiendo a todas partes.
Mar - No sé cómo aguantas, avísame si necesitas un toque chaparrón refrescante de agua.
Tierra - No sé, no es tan malo, estoy más acostumbrada a ellos en estos días. Quiero decir, sólo los tengo llegaron hace poco. Seguí el consejo de América del Norte, de darles una sacudida de vez en cuando, pero no parece cambiar nada. Sólo siguen creciendo.
Tierra - ¿Así que hablaste con América del Norte?
Mar - Estamos en contacto. Lo ha estado pasando peor que yo con los seres humanos.
Tierra - No me ha hablado en mucho tiempo. Supongo que no está muy feliz de que yo la separara de Asia.
Mar - ¡Eso es ridículo! Quiero decir, el puente de Alaska de todos modos no iba a durar y además le hiciste un favor, porque estaba recibiendo una gran cantidad de seres humanos desde Asia.
Tierra - Es cierto, pero yo debería haberlo hundido de una vez y no gradualmente.
Mar - No, si lo hubieras hecho, serías como el Atlántico y lo que hizo a Atlantis
Tierra - ¿Qué? Pensé que Atlántico se llevaba bien con todo el mundo.
Mar - En realidad, no. Atlántico es joven y tiene un humor muy raro. Sé que tiene buena relación con el Caribe, pero es demasiado volátil.
Tierra - Creo que... La verdad es que echo de menos hablar con él, pero actualmente estamos siempre peleando en el sur y yo simplemente no me molesto en dirigirle la palabra hablarle.
Mar - Todo el mundo sigue siendo culpable de que nos hayamos distanciado.
Tierra - Bueno, para ser justos, fueron tú y América del Norte los las que se alejaron de los otros continentes. Y Australia sólo quería estar sola.
Mar - ¡Australia! Es un continente divertido, nos ponemos al día de vez en cuando. Pero está tan roja y quemada. Sus seres humanos arruinaron su hermosa, verde y frondosa melena. Yo siempre le digo que debería haberse quedado con Asia.
Tierra - Tú sabes que no hay ninguna manera de discutir con Australia, ella nunca escucha. Es como... ¿recuerdas cuando India se alejó de África después de su pelea y al final se trasladó a Asia?
Mar - Sí, lo recuerdo. Asia aún no es muy feliz, pero India forzó la situación y ahora hay una gran pared entre ellas. Igual fue muy descarado, osado de parte de India el hacer eso.
Tierra - ¿Cómo sabes tú acerca de Asia?
Mar - América del Norte me lo dijo. Todavía están en contacto en el norte.
Tierra - Me alegro de que ellas todavía estén en contacto. Yo hablé con Índico el otro día, pero él es muy raro y tiene tan mal genio. Juro que el es bipolar.
Mar - Oh bueno, mejor hablemos de cosas más agradables. Por ejemplo, de que te has perdido una noche bellísima, América del Sur. Estaban maravillosas las estrellas.
Tierra - Tú me conoces, yo soy más del día. Me gusta tomar el sol, le hace bien a mis árboles.
Mar - Para mí, la noche es mi momento favorito. Me encantan las estrellas y la luna. Y justo cuando el día se va a dormir, es encantador sentir los rayos del sol rozar apenas mi superficie.
Tierra - Echo de menos a los dinosaurios. Sé que todos teníamos nuestros problemas con ellos, pero nunca excavaron a tanta profundidad como estos mamíferos.
Mar - Fue un tiempo diferente, en que todo era más grande y ustedes estaban todas juntas. La verdad es que nunca debieron haberse separado y distanciado como lo hicieron.
Tierra - Es que siempre nos estábamos peleando, sobre todo cuando América del Norte liberó todo ese gas para limpiar la tierra...
Mar - Todos ustedes hicieron eso, para ser justos.
Tierra - Bueno, lo sé pero... los dinosaurios en mi tierra molestaban menos que Europa y Asia.
Mar - Antártica nunca perdonó a nadie por eso... y se volvió fría y se fue bien lejos de todos.
Tierra - Ella tiene sus razones. Todavía estamos en contacto, pero realmente se ha vuelto fría con todo el mundo.
Mar - Eran buenos tiempos cuando estaban todas juntas y yo era mucho más grande. Fue hasta irónico que, mientras estábamos tratando de deshacernos de los dinosaurios, Cielo enviara ese asteroide para hacerse cargo de todo.
Tierra - Nunca estuve segura de sí Cielo lo hizo a propósito o no. Sonaba muy convincente cuando decía que no tenía nada que ver con eso.
Mar - No sé, América del Sur. Siempre recuerdo a Europa hablando con Cielo en secreto. Creo que debe haber sabido que algo iba a suceder.
Tierra - De cualquier manera, lo hecho, hecho está y no se puede cambiar el pasado, Pacífico. Ahora todos hemos seguido nuestros caminos y, aunque pienso en África y Europa de vez en cuando, no las extraño tanto.
Mar - Es muy lindo saber que estás en contacto con América del Norte y Antártica. Antártica nunca me habla, así que haces bien en mantener contacto con ella. Estoy feliz de saber que ella no es tan fría con todo el mundo.
Tierra - En fin, como sea, tú debes estar cansado ya.
Mar - Lo estoy. Debería dormir un poco o me pondré de mal humor después.
Tierra - Sí, he visto lo furioso que te pones con sueño y no hay nada que pueda calmarte.
Mar - Es cierto. Sin embargo, al día siguiente estoy siempre tranquilo y alegre ¿o no?
Tierra - Bueno... sólo trata de conseguir un poco de descanso durante el día y no dejes que los seres humanos te molesten tanto.
Mar - Como ya has dicho, no me ha tocado ni la mitad de lo malo que le ha pasado a otros. Ah, América del Sur, cómo me gustaría que los mamíferos fueran más parecidos a los dinosaurios. Es cierto que pudieron haber limpiado la tierra, pero por lo menos vivían en armonía y tenían respeto por nosotros. No como estos seres humanos que, apenas se aparecen, explotan los recursos y llenan el aire de gases, la tierra con basura y contaminan mis aguas.
Tierra - Ya me estoy acostumbrando a ellos, no es tan malo como solía ser. Además, no puedo hacer nada al respecto.
Mar - En el futuro, si necesitas alguna ayuda con ellos, me dices y te doy un enjuague o algo...
Tierra - Gracias. Pero no te preocupes, por el momento estoy bien y con buen ánimo. Te aviso cómo me siento después ¿ya?
Mar - Ok, América del Sur, hablamos más tarde. Disfruta tu día.
Tierra - Gracias, Pacífico. Anda a descansar y quizás nos veamos en la noche.
Mar - Por supuesto, esta noche vuelve la luna, así que va a estar muy hermosa.
Tierra - Adiós, Pacífico.
Mar - Chao, América del Sur.
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El día comenzó y la mirada de la tierra se perdió en el horizonte mientras las aguas se quedaban dormidas.